Peccata Minuta, un gran evento gastronómico y la guerra de los tuits
El viernes asistimos a #peccataminuta un evento gastro de primer orden en Palma organizado por Chefs(in) en el que teníamos muchas expectativas puestas y al que no podíamos, ni queríamos faltar. La idea no solo era buena, no, es que era inmejorable: reunir en un mismo recinto a muchos de los mejores chefs de la isla y así, acercar la alta gastronomía a todo el mundo. ¿Puede haber algo mejor?
El recinto elegido fue el emblemático Mercat de l’Olivar y entre los pasillos de las paradas se distribuían nombres como Santi Taura, Joan March, Marta Roselló, Tomeu Martí, Marga Coll, Pep lluís Mayol, Joan Marc o la escuela de Hostelería de las Illes Balears, entre otros. Cada uno de ellos preparaba dos tapas distintas, en general una dulce y otra salada, que el público asistente intercambiaba por unos boletos comprados en la entrada, a un más que respetable precio de 2,5 euros.
Para los que no lo sepáis Chefs(in) es una unión de los chefs más relevantes de la gastronomía balear que consideran que la unión hace la fuerza y así, unidos, realizan varias actividades relacionadas con la gastronomía a lo largo del año. Una unión en la que los chefs son los protagonistas aunque no está gestionada por ellos mismos. Famosas y con gran éxito de público y crítica son sus cursos #a4manos o otros eventos que han organizado. Han conseguido ‘democratizar’ la alta gastronomía de estas nuestras islas.
#PeccataMinuta es una de las mejores iniciativas de las que hemos podido ser participes pero sinceramente viendo el ambiente que se respiraba en el Mercat de l’Olivar casi que mejor hubiera preferido no asistir. La sensación de caos y desorden fue general. La masa que tenía hambre y se empujaban sin miramientos para conseguir la tapa gourmet de turno (mal), los chefs con una cara de agobiados del copón y desbordados, lo cual deslucía su actuación y sus creaciones (mal). En resumen desorden, colas interminables, basura acumulada por doquier y cierta falta de previsión por parte de la organización.
Pero aún así, por si fuera poco, durante todo el día ayer en Twitter se vivió una jornada insólita de cruce de ‘tuits’ entre blogueros, foodies y asistentes varios y la organización, o mejor dicho de los miembros que la componen por sus canales personales o incluso hacia los chefs, que resultó un tanto desagradable porque peccata minuta tenía que ser una gran fiesta gastronómica, no una guerra de tuits y pataletas. Miembros de la organización desde sus canales personales desacreditaron a todo aquel que dijera que el evento no había sido maravilloso (mal) y por el canal oficial decían otra cosa distinta (bien, aunque tardaron en decir que mejorarían la organización casi 24h). La democracia es escuchar al pueblo, aunque se ve, que eso, no es lo que se lleva, y para mí es un gran error porque al fin y al cabo, es el pueblo el que hace grande, o no, un evento de estas características. Aún así, ahí lo dejo porque ni es mi guerra, ni es mi rollo. Yo solo cuento lo que vi y lo que sentí, sin intención alguna de molestar a nadie. Y como dicen: el que se pica, ajos come.
Nosotros solo hemos organizado un evento gastronómico, GastroBaleares, que también fue un éxito de público y cómo no, de crítica. Crítica, que nosotros por nuestra parte, profesor y veterinario de profesión, respectivamente y no organizadores de eventos, asumimos y si se diera el caso de organizar otro, pues está claro que tendremos en cuenta las sugerencias recibidas. Porque la crítica, nos guste o no, está presente en todo lo que hacemos. Y entiendo que la crítica molesta, duele e incluso hiere el amor propio pero lo que no podemos es ignorarla o patalear porque no nos gusta, porque en principio escucharla nos sirve para mejorar, porque, al menos en mi caso, entendí que en ese sentido se hace.
La comida era inmejorable y los chefs realizaron, con los medios que tenían, una labor encomiable. Sonrisas y caras de ‘jo que vols que fassi’ cuando ibas a probar X tapa y tan solo 1 hora después de haber abierto no quedaban. Nosotros por ejemplo, comenzamos probando 2 postres, espectaculares por cierto de Santi Taura y su piña con sobrasada y coco, o el yogur de té verde con manzana, migas dulces y un toque cítrico de Pep Lluis Mayol. Lo salado llegaría 30 minutos después con la tagine de carrilleras de buey con cus-cus y yogur de cilantro de Marc Fosh. Mi más sincera enhorabuena a Marta Roselló que se puso a freír croquetas, cuando su tapa flauta rellena de lomo de porc negre, alcachofas crujientes, cebolla confitada y dos salas se acabó. Todo por darnos de comer pero como ella misma nos comentó en twitter, su pasión es hacer que disfrutaramos con lo que más me gusta del mundo, su cocina y está claro, que hizo lo imposible por satisfacernos.
No me gustaría pensar que #PeccataMinuta es un claro ejemplo de lo que se llama ‘morir de éxito’, aunque bajo ningún concepto me gustaría que muriese porque son de admirar este tipo de iniciativas, que llevan mucho trabajo, desvelos y stress por parte de la organización, que si bien no fue perfecta, va camino de serlo porque estoy seguro que, a pesar de los desafortunados mensajes lanzados en twitter fruto, seguro, de los nervios la organización toma buena nota de las opiniones de todos y que así, el cuarto peccata minuta, que será en Marzo en el Mercado de Santa Catalina, sea una gran fiesta gastronómica en la que disfruten(mos) todos. Ya toca que este cohete, después de tres experiencias previas, alcance la luna. Lo mejor de todo esto es que en Palma, Mallorca y las Baleares en general, podemos presumir de la más alta gastronomía, de que la gente responde masivamente a los chefs y que con un poquito de orden, medios y previsión Peccata Minuta es un éxito sin precedentes.
P.S: y no, no hay fotos, cualquiera se atrevía a sacar la cámara entre el barullo.
Caty
Yo quería asistir, cuando lo vi anunciado me apetecía mucho ir y hasta el último momento tuve ganas pero estos grandes eventos con tanta gente me frenan un poco y asistir con Sergi igual no.
Me gusta que seas tan claro, de las críticas salen las mejoras y si alguna vez repiten igual lo tienen en cuenta.
Un besito amore
19.01.14 - 19:03 PM
James T
Felicitaciones Catman. Un comentario sincero e imparcial, y tratado sin herir sensibilidades, que como sabes están muy a flor de piel, y tampoco se entiende muy bien porqué. Visto lo visto, pretendían solamente halagos?? Han habido muchos aciertos pero de los errores (que también los hubieron) se aprende, y si nadie te lo hace saber cómo se supone que aprendes? No me gusta jugar a crítico culinario, aparte de que a los chefs creo que nadie ha podido ponerles un pero, ni tampoco a organizador de eventos, pero en este último punto establezco una regla de tres: si el Olivar fue el abarrotamiento supremo, Santa Catalina qué será? O se limita el aforo y se venden las tapas que realmente se pueden servir, o no sé si la organización soportaría un nuevo aluvión de críticas. Y por favor, publicad el comentario, que por educado y constructivo que sea, ellos no lo hacen.
19.01.14 - 19:03 PM
Teresa Pérez Jiménez
Muy buen post Manu, buena reflexión y chapó por compartir tu opinión de esta buenísima iniciativa cuya finalidad es acercar la alta gastronomía balear que es muy grande, como siempre tiene que haber opiniones para todos los gustos, yo opino que hay que quedarse con lo bueno y aprender,y desde luego evitar polémicas. Un besazo amore, me ha gustado mucho tu crónica.
19.01.14 - 19:03 PM
Quaderns de bitàcola
Un placer haberte conocido entre tanto barullo! Fue un evento con tanto reclamo que creemos que fue “morir de éxito”. Hasta la próxima, ya sea en Palma o en Barcelona! Y felicidades por el blog, todo un referente! 🙂
19.01.14 - 19:03 PM
Manu CatMan
Muchísmas gracias a vosotros… a Bacerlona de cabeza que vamos 😀
19.01.14 - 19:03 PM
Peccata Minuta, un gran evento gastronómico y la guerra de los tuits
El viernes asistimos a #peccataminuta un evento gastro de primer orden en Palma organizado por Chefs(in) en el que teníamos muchas expectativas puestas y al que no podíamos, ni queríamos faltar. La idea no solo era buena, no, es que era inmejorable: reunir en un mismo recinto a muchos de los mejores chefs de la isla y así, acercar la alta gastronomía a todo el mundo. ¿Puede haber algo mejor?
El recinto elegido fue el emblemático Mercat de l’Olivar y entre los pasillos de las paradas se distribuían nombres como Santi Taura, Joan March, Marta Roselló, Tomeu Martí, Marga Coll, Pep lluís Mayol, Joan Marc o la escuela de Hostelería de las Illes Balears, entre otros. Cada uno de ellos preparaba dos tapas distintas, en general una dulce y otra salada, que el público asistente intercambiaba por unos boletos comprados en la entrada, a un más que respetable precio de 2,5 euros.
Para los que no lo sepáis Chefs(in) es una unión de los chefs más relevantes de la gastronomía balear que consideran que la unión hace la fuerza y así, unidos, realizan varias actividades relacionadas con la gastronomía a lo largo del año. Una unión en la que los chefs son los protagonistas aunque no está gestionada por ellos mismos. Famosas y con gran éxito de público y crítica son sus cursos #a4manos o otros eventos que han organizado. Han conseguido ‘democratizar’ la alta gastronomía de estas nuestras islas.
#PeccataMinuta es una de las mejores iniciativas de las que hemos podido ser participes pero sinceramente viendo el ambiente que se respiraba en el Mercat de l’Olivar casi que mejor hubiera preferido no asistir. La sensación de caos y desorden fue general. La masa que tenía hambre y se empujaban sin miramientos para conseguir la tapa gourmet de turno (mal), los chefs con una cara de agobiados del copón y desbordados, lo cual deslucía su actuación y sus creaciones (mal). En resumen desorden, colas interminables, basura acumulada por doquier y cierta falta de previsión por parte de la organización.
Pero aún así, por si fuera poco, durante todo el día ayer en Twitter se vivió una jornada insólita de cruce de ‘tuits’ entre blogueros, foodies y asistentes varios y la organización, o mejor dicho de los miembros que la componen por sus canales personales o incluso hacia los chefs, que resultó un tanto desagradable porque peccata minuta tenía que ser una gran fiesta gastronómica, no una guerra de tuits y pataletas. Miembros de la organización desde sus canales personales desacreditaron a todo aquel que dijera que el evento no había sido maravilloso (mal) y por el canal oficial decían otra cosa distinta (bien, aunque tardaron en decir que mejorarían la organización casi 24h). La democracia es escuchar al pueblo, aunque se ve, que eso, no es lo que se lleva, y para mí es un gran error porque al fin y al cabo, es el pueblo el que hace grande, o no, un evento de estas características. Aún así, ahí lo dejo porque ni es mi guerra, ni es mi rollo. Yo solo cuento lo que vi y lo que sentí, sin intención alguna de molestar a nadie. Y como dicen: el que se pica, ajos come.
Nosotros solo hemos organizado un evento gastronómico, GastroBaleares, que también fue un éxito de público y cómo no, de crítica. Crítica, que nosotros por nuestra parte, profesor y veterinario de profesión, respectivamente y no organizadores de eventos, asumimos y si se diera el caso de organizar otro, pues está claro que tendremos en cuenta las sugerencias recibidas. Porque la crítica, nos guste o no, está presente en todo lo que hacemos. Y entiendo que la crítica molesta, duele e incluso hiere el amor propio pero lo que no podemos es ignorarla o patalear porque no nos gusta, porque en principio escucharla nos sirve para mejorar, porque, al menos en mi caso, entendí que en ese sentido se hace.
La comida era inmejorable y los chefs realizaron, con los medios que tenían, una labor encomiable. Sonrisas y caras de ‘jo que vols que fassi’ cuando ibas a probar X tapa y tan solo 1 hora después de haber abierto no quedaban. Nosotros por ejemplo, comenzamos probando 2 postres, espectaculares por cierto de Santi Taura y su piña con sobrasada y coco, o el yogur de té verde con manzana, migas dulces y un toque cítrico de Pep Lluis Mayol. Lo salado llegaría 30 minutos después con la tagine de carrilleras de buey con cus-cus y yogur de cilantro de Marc Fosh. Mi más sincera enhorabuena a Marta Roselló que se puso a freír croquetas, cuando su tapa flauta rellena de lomo de porc negre, alcachofas crujientes, cebolla confitada y dos salas se acabó. Todo por darnos de comer pero como ella misma nos comentó en twitter, su pasión es hacer que disfrutaramos con lo que más me gusta del mundo, su cocina y está claro, que hizo lo imposible por satisfacernos.
No me gustaría pensar que #PeccataMinuta es un claro ejemplo de lo que se llama ‘morir de éxito’, aunque bajo ningún concepto me gustaría que muriese porque son de admirar este tipo de iniciativas, que llevan mucho trabajo, desvelos y stress por parte de la organización, que si bien no fue perfecta, va camino de serlo porque estoy seguro que, a pesar de los desafortunados mensajes lanzados en twitter fruto, seguro, de los nervios la organización toma buena nota de las opiniones de todos y que así, el cuarto peccata minuta, que será en Marzo en el Mercado de Santa Catalina, sea una gran fiesta gastronómica en la que disfruten(mos) todos. Ya toca que este cohete, después de tres experiencias previas, alcance la luna. Lo mejor de todo esto es que en Palma, Mallorca y las Baleares en general, podemos presumir de la más alta gastronomía, de que la gente responde masivamente a los chefs y que con un poquito de orden, medios y previsión Peccata Minuta es un éxito sin precedentes.
P.S: y no, no hay fotos, cualquiera se atrevía a sacar la cámara entre el barullo.
Fran Muñoz
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