Ca na Toneta, restaurante – Caimari (Mallorca)
Hace un mes o así, por fin, pudimos probar la cocina del restaurante Ca Na Toneta, el restaurante que María Solivellas tiene en Caimari, en Mallorca. A María la conocimos en nuestra excursión a Selva, y allí pudimos ver el restaurante, conocer su ‘famoso’ huerto y charrotear con ella. Además, gracias al showcooking pudimos ¡Cocinar con ella! sus famosas cocas, con harina de xeixa y aceite de oliva virgen extra y con esa forma que las caracteriza. Pero para completar el círculo, nos faltaba ir a cenar y ver ¿qué era Ca Na Toneta?.
En el vídeo, a parte de la receta, podéis ver, justo al final, lo que ella misma opina de lo qué es Ca na Toneta, y he preferido empezar por ahí, para que veáis su visión de la jugada, y yo mismo la recuerde, y de paso veais el restaurante por dentro.
Sobre la Chef – María Solivellas
Como podéis ver es bella, por fuera y por dentro. Ama su profesión y eso se nota. Ama su isla y sus productos, y sí, también se nota. María es autodidacta, comenzó aprendiendo de su madre (añado, que no se me ocurre mejor escuela) y de ahí poco a poco, hasta hacerse cargo de su restaurante, del que es copropietaria hace ya, 13 años.
Para ella la cocina es su pasión, su vida, es su forma de demostrar su conexión con el entorno. Gusta de usar productos de temporada y quitando, cacao, café y azúcar cumple los requistos del slow food, una forma de cocinar con producto local, de productores locales y que no anden demasiado lejos del lugar donde se van a trabajar.
Muchos lo sabéis, ya que en un país para comérselo pudimos verlo, tiene un huerto, 100% ecológico, que nutre al restaurante así que la estacionalidad marca la carta sin duda alguna. Con los excedentes, hacen conservas que utilizarán en los meses de invierno, cuando el huerto está algo más dormido.
Esa forma de ‘recolectar’ (a ella no le gusta que digamos comprar) la conecta con el medio y este a cambio le devuelve el mimo de la mejor manera posible, inspirándola.
Su cocina, es por tanto, Mediterránea, mallorquina, respetuosa y con todo el sabor del mar, el sol, la montaña y la huerta de Mallorca. Siempre lo digo, con esos ingredientes era muy fácil conquistarnos porque la cocina mediterránea es, tanto para Fran, como para mí, nuestra favorita. Pero es que María, es simpática, fresca, dicharachera, de humor inteligente, generosa y todos esos ingredientes, también van en sus platos y se sienten igual que el buen tomate de su tumbet o la buena berenjena de su granada. Cocina de producto con amor, así lo definiría yo. ¿Se puede pedir más?
Como hemos podido estar con ella en varias ocasiones y también con el resto del equipo del restaurante Ca Na Toneta, se ve que el equipo comparte con ella esa conexión con el medio y con el producto, otro must a añadir. En ese espacio, hay un microclima muy especial, lo que se traduce en un trato familiar y a la vez muy profesional.
Sobre el espacio
Nos sentimos unos privilegiados porque hemos podido conocer los tres espacios del restaurante, la cocina, la terraza y la sala.
La cocina, sorprende es como de casa, y creo que refleja muy bien como es la jefa de esa cocina. Sin cacharros a la vista, todo bien guardadito y muy estético.
La terraza, con vistas a la montaña y presidida por una parra que da sombra y nos cobija, nos protege y los dibujos de Albert Pinya. Albert forma parte de Ca Na Toneta como uno más porque da el color y hace entender al que va allí por primera vez qué es Ca Na Toneta. Destacables de sus murales, los porc negres presentados como angeles, las verduras, que por todos lados vemos, la tumba de Ronald MacDonals y como en una hipotética invasión de extraterrestres se llevarían el producto de Mallorca a su lejano planeta (tontos que nos han salido los invasores ;-)). Decir que Albert recibió en el pasado ARCO, el premio AECA (Asociación Española de Críticos de Arte) y con tanta visita a ca na María hemos visto ir creciendo el mural, que apenas iba por la mitad en la primera visita y que estaba finalizado cuando fuimos a esta cena que reseño.
La sala, tercer y último elemento, colores crudos, obras de cerámica por aquí y por allá, seguramente obra de la misma María, aunque esto que digo está por confirmar, y de otros artistas amigos de la cocinera. Invita al recogimiento, sin estridencias y conservando el sabor de la tradición de esa casa mallorquina donde esta ubicado el restaurante muy cerca del centro de Caimari.
Sobre el Menú
En plena tenmporada, no podía faltar un crema de calabacín con brocheta de sandía y aceite de albahaca. Luego, granada clásica de berenjenas con tomate concassé y pesto de rúcula. Unos entrantes perfectos, en sintonía con su filosofía, es decir, huerta, eco y Mallorca.
Seguía, como no, el gran clásico de Ca Na Toneta, coca de aceite y harina de xeixa de trempó y sepia. Ya sabéis que las cocas son su firma y en todos los menús hay una distinta.
La carne, presa de porc negre con verduras de temporda y picada de perejil. Esta carne, incluso en Mallorca es difícil de conseguir, cosas de la DO sobrassada de Mallorca, pero vamos que no es el momento, aunque pudiera ser el lugar de comentar estos temas. Es un lujo poder comer porc negre, la verdad.
El pescado, un fresca y jugosa merluza con calabaza y tapenade de olivas negras.
Y el postre, otra vez protagonista Mallorca y la temporalidad, sorbete de albaricoque con coca de quarto, también de albaricoque, un broche de oro al ‘show’.
Todo ello regado de Daurat – Jaume Puntiró – de la DO. Binissalem
Cada día el menú cambia, pero es un poco para que os hagáis una idea de por donde van los tiros. Cuando descubro y reseño un restaurante si veis, doy más importancia al quién y al dónde, porque el qué depende muy mucho de los otros dos. Si entiendes el concepto del restaurante, disfrutarás de lo lindo, aunque no te sirvan CocaCola porque no forma parte de sus principios, ni de su concepto. Nos llevamos un pedacito de Mallorca a nuestro paladar y ahí quedará en nuestra memoria.
Ca na Toneta
Calle horitzo 21 – Caimari (Selva)
971 51 52 26
PAX (medio)- 40€
Desde luego un lugar recomendadísimo, tanto por la ubicación, a las puertas de la flamante Serra de Tramuntana; como por su chef, una cocinera de tradición y con Mallorca como eje central de su cocina; tanto por el lugar y las fabulosos murales de Albert Pinya en una casa mallorquina tipo y por supuesto por la comida, 100% sabor mediterráneo, 100% Mallorca, 100% respeto, 100% slow food eso y mucho más es restaurante Ca Na Toneta uno de los restaurantes en Mallorca a tener MUY en cuenta.
Sonia
Me ha encantado esta videoreceta. El restaurante, su filosofía, la receta, y lo bien que lo habéis explicado. Gracias por compartirla.
Intentaré encontrar este tipo de harina de xeixa, y hago la receta, seguro!.
19.08.14 - 20:00 PM
Selva – De excursión por Mallorca
[…] con ello lo que más disfruté del día: la chef Maria Solivellas que nos enseñó su restaurante, Ca na Toneta, nos explicó el concepto del restaurante y luego nos llevó al huerto ecológico de donde vienen […]
19.08.14 - 20:00 PM
Ca na Toneta, restaurante – Caimari (Mallorca)
Hace un mes o así, por fin, pudimos probar la cocina del restaurante Ca Na Toneta, el restaurante que María Solivellas tiene en Caimari, en Mallorca. A María la conocimos en nuestra excursión a Selva, y allí pudimos ver el restaurante, conocer su ‘famoso’ huerto y charrotear con ella. Además, gracias al showcooking pudimos ¡Cocinar con ella! sus famosas cocas, con harina de xeixa y aceite de oliva virgen extra y con esa forma que las caracteriza. Pero para completar el círculo, nos faltaba ir a cenar y ver ¿qué era Ca Na Toneta?.
En el vídeo, a parte de la receta, podéis ver, justo al final, lo que ella misma opina de lo qué es Ca na Toneta, y he preferido empezar por ahí, para que veáis su visión de la jugada, y yo mismo la recuerde, y de paso veais el restaurante por dentro.
Sobre la Chef – María Solivellas
Como podéis ver es bella, por fuera y por dentro. Ama su profesión y eso se nota. Ama su isla y sus productos, y sí, también se nota. María es autodidacta, comenzó aprendiendo de su madre (añado, que no se me ocurre mejor escuela) y de ahí poco a poco, hasta hacerse cargo de su restaurante, del que es copropietaria hace ya, 13 años.
Para ella la cocina es su pasión, su vida, es su forma de demostrar su conexión con el entorno. Gusta de usar productos de temporada y quitando, cacao, café y azúcar cumple los requistos del slow food, una forma de cocinar con producto local, de productores locales y que no anden demasiado lejos del lugar donde se van a trabajar.
Muchos lo sabéis, ya que en un país para comérselo pudimos verlo, tiene un huerto, 100% ecológico, que nutre al restaurante así que la estacionalidad marca la carta sin duda alguna. Con los excedentes, hacen conservas que utilizarán en los meses de invierno, cuando el huerto está algo más dormido.
Esa forma de ‘recolectar’ (a ella no le gusta que digamos comprar) la conecta con el medio y este a cambio le devuelve el mimo de la mejor manera posible, inspirándola.
Su cocina, es por tanto, Mediterránea, mallorquina, respetuosa y con todo el sabor del mar, el sol, la montaña y la huerta de Mallorca. Siempre lo digo, con esos ingredientes era muy fácil conquistarnos porque la cocina mediterránea es, tanto para Fran, como para mí, nuestra favorita. Pero es que María, es simpática, fresca, dicharachera, de humor inteligente, generosa y todos esos ingredientes, también van en sus platos y se sienten igual que el buen tomate de su tumbet o la buena berenjena de su granada. Cocina de producto con amor, así lo definiría yo. ¿Se puede pedir más?
Como hemos podido estar con ella en varias ocasiones y también con el resto del equipo del restaurante Ca Na Toneta, se ve que el equipo comparte con ella esa conexión con el medio y con el producto, otro must a añadir. En ese espacio, hay un microclima muy especial, lo que se traduce en un trato familiar y a la vez muy profesional.
Sobre el espacio
Nos sentimos unos privilegiados porque hemos podido conocer los tres espacios del restaurante, la cocina, la terraza y la sala.
La cocina, sorprende es como de casa, y creo que refleja muy bien como es la jefa de esa cocina. Sin cacharros a la vista, todo bien guardadito y muy estético.
La terraza, con vistas a la montaña y presidida por una parra que da sombra y nos cobija, nos protege y los dibujos de Albert Pinya. Albert forma parte de Ca Na Toneta como uno más porque da el color y hace entender al que va allí por primera vez qué es Ca Na Toneta. Destacables de sus murales, los porc negres presentados como angeles, las verduras, que por todos lados vemos, la tumba de Ronald MacDonals y como en una hipotética invasión de extraterrestres se llevarían el producto de Mallorca a su lejano planeta (tontos que nos han salido los invasores ;-)). Decir que Albert recibió en el pasado ARCO, el premio AECA (Asociación Española de Críticos de Arte) y con tanta visita a ca na María hemos visto ir creciendo el mural, que apenas iba por la mitad en la primera visita y que estaba finalizado cuando fuimos a esta cena que reseño.
La sala, tercer y último elemento, colores crudos, obras de cerámica por aquí y por allá, seguramente obra de la misma María, aunque esto que digo está por confirmar, y de otros artistas amigos de la cocinera. Invita al recogimiento, sin estridencias y conservando el sabor de la tradición de esa casa mallorquina donde esta ubicado el restaurante muy cerca del centro de Caimari.
Sobre el Menú
En plena tenmporada, no podía faltar un crema de calabacín con brocheta de sandía y aceite de albahaca. Luego, granada clásica de berenjenas con tomate concassé y pesto de rúcula. Unos entrantes perfectos, en sintonía con su filosofía, es decir, huerta, eco y Mallorca.
Seguía, como no, el gran clásico de Ca Na Toneta, coca de aceite y harina de xeixa de trempó y sepia. Ya sabéis que las cocas son su firma y en todos los menús hay una distinta.
La carne, presa de porc negre con verduras de temporda y picada de perejil. Esta carne, incluso en Mallorca es difícil de conseguir, cosas de la DO sobrassada de Mallorca, pero vamos que no es el momento, aunque pudiera ser el lugar de comentar estos temas. Es un lujo poder comer porc negre, la verdad.
El pescado, un fresca y jugosa merluza con calabaza y tapenade de olivas negras.
Y el postre, otra vez protagonista Mallorca y la temporalidad, sorbete de albaricoque con coca de quarto, también de albaricoque, un broche de oro al ‘show’.
Todo ello regado de Daurat – Jaume Puntiró – de la DO. Binissalem
Cada día el menú cambia, pero es un poco para que os hagáis una idea de por donde van los tiros. Cuando descubro y reseño un restaurante si veis, doy más importancia al quién y al dónde, porque el qué depende muy mucho de los otros dos. Si entiendes el concepto del restaurante, disfrutarás de lo lindo, aunque no te sirvan CocaCola porque no forma parte de sus principios, ni de su concepto. Nos llevamos un pedacito de Mallorca a nuestro paladar y ahí quedará en nuestra memoria.
Ca na Toneta
Calle horitzo 21 – Caimari (Selva)
971 51 52 26
PAX (medio)- 40€
Desde luego un lugar recomendadísimo, tanto por la ubicación, a las puertas de la flamante Serra de Tramuntana; como por su chef, una cocinera de tradición y con Mallorca como eje central de su cocina; tanto por el lugar y las fabulosos murales de Albert Pinya en una casa mallorquina tipo y por supuesto por la comida, 100% sabor mediterráneo, 100% Mallorca, 100% respeto, 100% slow food eso y mucho más es restaurante Ca Na Toneta uno de los restaurantes en Mallorca a tener MUY en cuenta.
Manu CatMan
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